jueves, 23 de septiembre de 2010
saludos
hace tiempo que no se ha publicado nada nuevo en nuestro blog, pero sepan que hay material y estamos de apoco retomando el rumbo. Sucede que hace poco más de un mes murió Pedro, nuestro "fundador" ( titulo que no le gustaba) y principalmente nuestro guionista. El tenía una capacidad increíble para escribir, contextualizar relatos y además conocía muchos cuentos, relatos, historias, leyendas, en fin, él nos nutría con su conocimiento y en honor a él, a Pedro Ruben, es que vamos a seguir con la tarea que el se habia empeñado en desarrollar, fomentar la lectura y acercar la literatura al mundo infantil.
vamos a continuar con un par de cuentos de Juana de Ibarbourou y luego vamos a retomar esa literatura sin dueño, transmitida oralmente en las fogatas y de antiguos a jóvenes, con 2 relatos "el negrito del pastoreo" y "el sueño del pongo".
luego vamos a ver con que seguimos, pero una cosa es segura, vamos a continuar, asi los invito a volver de tiempo en tiempo a nuestra pagina, ojalá con propuestas de cuentos o autores o temas que quisieran ver aquí.
hasta la próxima y que tengan buena marea y mejor viento
domingo, 15 de agosto de 2010
Yo si yo no
Esos libros en que la gente vieja de hoy leyera cuentos escritos para que los niños aprendieran a leer. Recordamos, de esos cuentos, el de “La Tortilla Corredora”, “El medio Pollo” “El caballito de Siete Colores”... Cuento contado y vuelto a contar en este Archipiélago... O el de "Mariquita Trenzas de Oro "...
O los cuentos clásicos como “Rapuncel”, “Caperucita Roja” , o “Pulgarcito”... Pero, bueno... Hablando del tema, recordamos la recopilación de narraciones populares hecha por Ernesto Montenegro, "Mi tío Ventura ".
Libro que motivaría a escritores nacionales a escribir para los niños y esos cuentos se empezaron a publicar en "El Peneca", llegando así a ser leídos en distintos estratos sociales.
Exacto. Pero algún tiempo antes de la publicación de "Los cuentos de mi tío Ventura" (como libro se publicó en 1935) ... en los Libros de Lectura de ese entonces aparecían cuentos populares y cuentos escritos para los niños por escritores de diferentes tendencias.
Nos parece, creemos, que esta actitud era motivada por vientos de renovación que empezaban a soplar en la sociedad chilena, creando una especie de expresión de respeto por la llamada cultura popular.
Sí. Bien pudo ser esa comprensión de la importancia del saber popular la que motivó a notables escritores nacionales a bucear en lo que aun llamamos folklore. Y estaban presentes también, podríamos decirlo con seguridad, las investigaciones de don Ramón A. Laval y las investigaciones de don Rodolfo Lenz, publicadas allá por 1895.
Bueno, bueno...Alguna vez nos acordaremos de Pedro Urdemales, ahora volvamos al tema En esos Libros de Lectura, humildes libros impresos en blanco y negro y en papel basto, aparecían relatos escritos por notables escritores de todos los tiempos. Y de esa época del siglo pasado estaban " Por qué la lloica tiene el pecho rojo " o "Yo sí, yo no ", que Marta Brunet llevara a la literatura formal.
Y no solo en los Libros de Lectura. En el silabario Ojo , o también conocido como Silabario Matte, al final aparecían pequeños poemas como:
Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
¿Saben quien es el autor de esos versos ?
Pues ni más, ni menos que el autor de "La vida es sueño"... ¿ Recuerdan el drama ? Pero sí, esos versos del sabio que un día, los escribió don Pedro Calderón de la Barca,
Algo notable, sin duda, pues esos versos no son una fábula, no tienen moraleja, pero señalan muy bien la actitud de quién está en apuros y no mira su realidad. Eso pasa muchas veces hoy día.
Tal y como pasa, ya parece lo lógico y normal, que representantes de esto, de eso y lo otro se encuentren para discutir un tema, ...un problema... algunas diferencias de opinión, y terminen alegando como en el cuento del Yo sí, Yo no, sin preocuparse de la causa de sus diferencias, buscar solución al conflicto o tratar de llegar a un acuerdo o aun entendimiento.
Y como esto sucede hoy por hoy, incluso en temas de significación nacional y en boca de altos representantes de esta o aquella organización, los del Challanco contaremos el cuento del sapo y la sapa como decía la versión popular y que Marta Brunet llevó a la literatura, recreándolo, como Yo sí, yo no.
Yo sí... Yo no...
(Marta Brunet, de Cuentos para Marisol)
Resulta que hace miles de años un matrimonio de Sapos que se querían mucho, y que lo pasaban muy bien a orillas de una charca. La casa en que vivían era de dos pisos, con terraza y todo, y en el verano salían de excursión en una barca hecha con un pedacito de pellín y una vela que les tejiera una Araña amiga. Se mostraban muy elegantes con sus trajes de seda verde y sus plas¬trones blancos. Y no eran nada de feos, con sus grandes bocas y sus ojos de chaquira negra.
Por la única cosa que a veces peleaban era porque al señor Sapo le gustaba quedarse conversando con sus amigos de la ciudad Anfibia y llegaba tarde a almorzar y entonces la señora Sapa se eno¬jaba mucho y discutían mucho más aún, y a veces las cosas llegaban a un punto muy desagradable.
Y resulta que un día llegó el señor Sapo con las manos metidas en los bolsillos del chaleco, canturreando una canción de moda, muy contento. Y resul¬ta también que ya habían dado las tres de la tarde. ¡En verdad que no era hora para llegar a almorzar! Como nadie saliera a recibirlo, el señor Sapo dijo, llamando:
-Sapita Cua-Cua... Sapita Cua-Cua...
Pero la señora Sapa no apareció. Volvió a llamarla y volvió a obtener el silencio por respuesta. La buscó en el comedor, en el salón, en la cocina, en el repostero, en el escritorio, en la piscina, has¬ta se asomó a la terraza para otear los alrededores. Pero por ninguna parte hallaba a su mujercita vesti¬da de verde.
De repente, el señor Sapo vio en una mesa del salón un papel que decía:
ALMORCÉ Y SALÍ. NO ME ESPERES EN TODA LA TARDE.
Al señor Sapo le pareció pésima la noticia, ya que no tendría quién le sirviera el almuerzo. Se fue entonces a la cocina, pero vio que todas las ollas estaban vacías, limpias y colgando de sus respec¬tivos soportes. Se fue al repostero y encontró todos los cajones y armarios cerrados con llave.
El señor Sapo comprendió que todo aquello lo había hecho la señora Sapa para darle una lección. Y sin mayores aspavientos se fue donde la señora Rana, que tenía un despacho cerca del sauce de la esquina, a comprarle un pedazo de arrollado y unos pequenes para matar el hambre.
Pero como este señor Sapo era muy porfiado y no entendía lecciones, en vez de llegar esa noche a comer a las nueve, como era lo habitual, llegó nada menos que pasadas las diez.
La señora Sapa estaba tejiendo en el salón, y, sin saludarlo siquiera, le dijo de mal modo:
-No hay comida.
-Tengo hambre -contestó el señor Sapo con igual mal humor.
—Yo no.
-Yo sí.
Y como si uno era porfiado, el otro lo era más, y ninguno de ellos quería dejar con la última palabra al otro, pues a medianoche todavía estaban repitiendo:
-Yo no.
-Yo sí.
Y cuando apareció el sol sobre la cordillera, el matrimonio seguía empecinado en sus frases:
— Yo sí.
-Yo no.
Y resulta que esto pasaba poco tiempo después del Diluvio, cuando Noé recién había sacado los animales del Arca. Y resulta también que ese día Noé había salido muy temprano para ir a darles un vis¬tazo a sus viñedos, y al pasar cerca de la charca oyó la discusión y movió la cabeza desaprobatoriamente, porque no le gustaba que los animales del Buen Dios se pelearan. Y cuando por la tarde pasó de nuevo, de regreso a su casa, llegaron a sus oídos las mis¬mas palabras:
-Yo sí.
-Yo no.
Le dio su poco de fastidio a Noé, y, acercándose a la puerta de la casa de los Sapos, les dijo:
-¿Quieren hacer el favor de callarse?
Pero los señores Sapos, sin oírlo, siguieron diciendo obstinadamente:
-Yo sí.
-Yo no.
Entonces a Noé le dio fastidio de veras y gritó enojado:
-¿Se quieren callar los bochincheros?
Y San Pedro -que estaba asomado a una de las ventanas del cielo, tomando el fresco- le dijo a Noé, enojado a su vez porque hasta allá arriba llegaban las voces de los porfiados discutidores:
-Los vamos a castigar, y desde ahora, cuando quieran hablar, sólo podrán decir esas dos palabras estúpidas.
Y sabes ahora, Marisol de mi alma, por qué todos los Sapos de todas las charcas del mundo dicen a toda hora y a propósito de toda cosa:
-Yo sí.
-Yo no.
Me parece un buen cuento, no sólo para niños, sino porque algo muestra de cómo se plantean hoy las discusiones.
Si. Algo describe esa manera de alegar evitando tocar el tema de fondo por parte de quienes discuten. Y esa actitud parece que ya se daba hace mucho tiempo, como que el lenguaje acuñó un giro lingüístico popular, que no faltará quién use cuando vea y escuche discutir a dos personas a la numera como según Marta Brunet alegan ranas y sapos.
Así es. Ante alegatos de ese estilo, no faltará quién diga a los alegadores: Están pidiendo agua como hacen los sapos cuando piden agua.
Y así, los del Challanco decimos a ustedes: SALUD
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domingo, 20 de junio de 2010
¿qué somos los del Challanco ?
Se nos ha preguntado: ¿ Qué son los del Challanco ?
¿ Qué objetivos tienen ?
¿ Quién o quiénes o cómo se financia lo que hacen ?
¿ Cómo están organizados ?
¿ Cuales son los objetivos que los llevan a hacer estas presentaciones ?
¿Qué los motiva a hablar de literatura para niños y adolescentes ?
Y algunas preguntas más se nos han hecho. Algunas con un sincero deseo de saber de qué se trata. Algunas, nos parece, con mala intención, como es costumbre en más de alguien eso de echarle pelos a la leche
Pero, vamos con las respuestas a esas preguntas.
¿Qué son los del Challanco ?
Un grupo de personas que se sienten interesadas en algún tema socio-cultural.: Así, si una de ellas tiene una idea, motivada por una situación social, la propone a sus amigos. Claro es que esa idea ha de tener relación con un hecho significativo para los demás.
Por ejemplo, hoy sabemos que muy pocas personas leen... (bueno… libros). Que a muy pocas personas les interesa
¿ Por qué entonces no buscar alguna manera de motivar hacia la lectura a los escolares? Pero, ¿cómo hacerlo ?
Propuesto el tema con ocasión de un encuentro, el tema se discute. Y si hay interesados se intenta un proyecto en este sentido... Pues, ahí va... una de nuestras conversaciones
A.- Hagamos algo para mejorar
eso.
B.- Podríamos dramatizar cuentos, relatos o poemas y subirlos a Internet.
C.- Pero no todo el mundo tiene Internet.
B.- Eso es cierto. Muchísima gente ni sabe que es Internet, pero hoy muchas escuelas rurales tienen ese instrumento y pueden usarlo, si es que los profesores se sienten interesados en lo que presentemos.
A. ( Dubitativamente) Sí...Me parece posible... Pero ¿ Con qué criterio seleccionaremos los cuentos?
D : Buena pregunta. Miren. En 1997, en Madrid, se publicó un libro titulado: "Guía de Clásicos de
B. (Interrumpiendo) Y los estudiosos de la literatura comparan ese libro con el "Principito" de
Saint-Exupéry...
D) . Así es. Pero lo que nos interesa no es nombrar libros y autores. Lo interesante es que en esa publicación, -hecha a todo trapo- nos parece que vuelve a aparecer el eurocentrismo, la pretensión de los europeos de ser los modelos del mundo.
A. Bueno, bueno,... Pero ahí tenemos un criterio claramente establecido, para seleccionar
cuentos, relatos, dramas y poemas. Es necesario preferir los libros escritos en nuestra América, sin
duda alguna, pero sin perjuicio de dar a conocer también los viejos cuentos y cuentos de otras
regiones del mundo.
C: De acuerdo. Pero esos textos deberán enmarcarse con referencias a sus orígenes, a los lugares en donde se cuentan, a la realidad social que pueden representar.
B: E información sobre sus autores y la época en que escribieran, también sería bueno darla, Así, algo aportaríamos a la labor de los profes, ¿ no ?
A: Claro que tenemos que tratar, al menos, de ayudar en la tarea de enseñar lo nuestro...Lo propio de América hispano hablante. Y tendríamos que poner en buen Castellano, los cuentos en lenguas autóctonas que se cuentan en nuestro continente.
C: Y hacerlo será una buena tarea. Pero, ¿ por qué no lo intentamos ?
Puesto de acuerdo sobre el tema, los interesados en participar dicen qué les interesa hacer.
Por ejemplo, alguien dirá: "Miren, yo puedo seleccionar los cuentos" Y al recordar que los cuentos posibles de dramatizar son miles, no faltará quien se ofrezca para colaborar en esa tarea.
Yo podría redactar los libretos de enmarque, dirá otro.
Me gustaría hacer las grabaciones, se ofrecerá alguien.
Y de ese modo se irá constituyendo el equipo responsable de concretar el proyecto, pues los del Challanco no tiene la organización de un club de fútbol, de un círculo de intelectuales, de un partido político o de una cofradía religiosa. No hay secretario, presidente, tesorero o demases, sino personas que voluntariamente asumen una responsabilidad para participar en tal o cual aspecto del proyecto. Y como de verdad se interesan en lo que se intenta hacer, cumplen con la tarea que han asumido.
Además, corno no hay "autoridades" , digamos, si fallan en algo no tienen a quien culpar para excusarse.
Tenemos que señalar, con claridad, que no hay ni financiamientos ni respaldo de organización alguna para hacer lo que hacemos.
Eso nos da una independencia absoluta para ver con claridad el tema que nos preocupa y la realidad de la situación social en que ocurre.
Un factor más, que no es superfluo señalar, es que los del Challanco, son quienes participan en un proyecto que se esté realizando, y que sólo son Challanco mientras ese proyecto se realice. Como no hay una organización convencional, el grupo empeñado en realizar un proyecto desaparece cuando ese proyecto ha sido realizado.
Necesario nos parece señalar, además, que estas tareas las realizamos de manera anónima. Si un auditor o un lector se interese en hacernos una sugerencia o algún comentario sobre lo expuesto, puede hacerlo escribiendo al correo electrónico Losdelchallanco@gmail.com o dejar sus sugerencias en este Blog
¿ Por qué llamarnos Los del Challanco ? ¿ Qué es el Challanco ?
El Challanco es un adminículo, un instrumento brujeril. (tradición Chilota)
La tradición asegura que en
Por lo general, estas consultas hechas por los familiares de un enfermo, implicaban saber quién era el brujo que hacía el daño o, también, qué planeaban hacer los brujos.
Pero, eso se lo contaremos en nuestro próximo encuentro.
Y así, los del Challanco deseamos a ustedes: un caminar sin tropiezos
para escuchar el audio de este segmento click aquí:
Yeh Shen (La Cenicienta China)
Pero, bueno,... no será un cuento para engañar a alguien, un cuento del tío, sino un cuento tradicional, un relato que se ha repetido y conservado tradicionalmente, por gente del pueblo, y que al ponerlo por escrito alguien de más arriba, se convirtió en un cuento clásico o tradicional.
Para esa mayoría de personas que algunos suelen llamar "los de abajo", seguirá siendo una manera de expresar su esperanza de salir adelante.
Sí. Relato conservado por los de abajo, por quienes con su trabajo dan sustento a las sociedades en todas partes.
Justo. Y queremos señalar que en todas las sociedades hay abusos, contradicciones y engaños, pues la sociedad está formada por personas de diferentes ideas, normas y principios, algunas personas que son parte de la clase alta, digamos, han escrito esos cuentos. Quizás con la buena intención de conservarlos para la posteridad.
Puede ser ese el motivo, sin duda, pero ha sucedido que quienes los escribieran no eran pueblo...
No eran de los de abajo...
No. Eran personas con una cultura diferente.. .sabían leer y escribir... Y por eso, a lo mejor, convirtieron el saber popular en Folklore.
Esto significa que la sapiencia de los pueblos pasó a quedar como estática, como dormida. Se anquilosó, digamos, para la gente con alguna cultura burguesa de la época, quienes la convirtieron en cuentos para niños al ponerlos por escrito.
Pero la verdad es que desde que el hombre pudo narrar cuentos, los símbolos que hay en ellos han perdurado. Y que ni el más pintado de los recopiladores ha podido borrar esos símbolos o darles otro sentido.
Y eso es lo que pasa con La Cenicienta.
Que es uno de los cuentos que más gusta a los niños. (cuentos que aún escuchan los adultos) de donde resulta que no son cuentos para niños, no más. Parecería que todos o casi todos en más de una ocasión nos sentimos representados por los personajes o sus acciones de las que nos habla un cuento.
¿ Quien no se ha sentido Peter Pan, Ricitos de Oro, Pulgarcito y hasta Pedro Urdemales ? Al pasar los años olvidamos esos sueños o ilusiones. Pero, cuando al vivir enfrentamos conflictos personales o grandes dificultades, sea como adolescentes o adultos... y aún en la que hoy llaman tercera edad como algo de él hemos guardado en nuestro subconsciente, algo de algún cuento vuelve a darnos aliento y encontramos cómo superar lo que nos aflige, o bien sentir que podemos pese a todo, superar esas dificultades.
Esta motivación es la que late -hasta hoy- en los cuentos de hadas.
Pese a los cambios de escenario o de los nombres de los personajes. Con respecto a la Cenicienta, en la Europa de hoy se han registrado más de quinientas versiones de la niña condenada a cumplir las tareas más humillantes o los peores trabajos que es posible hacer. Estas diferentes versiones se han registrado en Alemania e Inglaterra. Y sucede que en este último país, por descuido o ignorancia del traductor de la versión de la Cenicienta que escribiera Perrault, ese escritor tradujo Sinderella por Cenicienta, siendo que sinders es la denominación de las cenizas impuras, con residuos, y ashes el nombre de las cenizas sin impurezas, como es Cenicienta según los cuentos.
Por este error y al paso de los años la Cenicienta inglesa se convertirá en la astuta y sensual Sínderella o Cinderella como también se la nombra, siendo que Cenicienta no simboliza la sensualidad, ni cosa parecida.
"Cenicienta" es un símbolo. Un símbolo para expresar que: siempre alguien es explotado en las sociedades humanas . Simbolización que se conserva hasta hoy y que viene desde siglos atrás.
Sí. ¿Sabes cuándo y en dónde se registró por primera vez ?
En China cuando era el Celeste Imperio y entre el siglo VI y IX después de Cristo. Y parece que existían versiones más antiguas aún.
Bueno, sí. Pero el caso es que al pasar los años, allá por el siglo XVII, bajo la dinastía Ching, en un libro de relatos populares, se publicó la versión que Ai-Ling Louie reescribió en inglés en 1989.
Algunos siglos de existencia, ¿ no ? Pero chitas que debió ser un buen cuento, porque sino no se hubiese repetido durante tantos años.
Así es, sin duda. Y sigue siendo un buen cuento. Claro que en China la Cenicienta se llamaba Yeh Shen . Pero bueno, ya hablaremos del asunto de los nombres de los personajes del cuento tradicional, porque nos descubre cómo el pueblo bautiza a los héroes de sus cuentos.
Y otra cosa que llama la atención, es que en todos esos cuentos es la madrastra la que hostiliza a
la Cenicienta. ¿ Por qué será ?
Y en todas las versiones que se conocen se insiste en que Cenicienta es más bonita y hacendosa
que la hija de la madrastra.
Pero, bueno... Ahora nos interesa decir que en este cuento, como en todos los cuentos tradicionales, se describe con certera brevedad la realidad social en que viven los personajes.
¡ Claro! Yeh Shen vive en una cueva, en una caverna, y eso que su padre es el jefe de uno de los pueblos de esa región de China.
Serían cavernícolas...
¡ No, hombre, no! Por lo menos el cuento no lo dice. Al revés, en esa época ya había gente viviendo en ciudades.
Entonces serían campesinos.
Seguro. Pero lo que importa es que el padre de Yeh Shen, por ser el jefe de ese pueblo, se
tuvo que casar con dos mujeres. Y resulta que la madre de Yeh Shen murió y, poco
después, murió su padre. Y como Yeh Shen ( era más bonita y hacendosa que la hija de la
madrastra, que amén de saca vueltas era fea, la madrastra se puso celosa y obligó a Yeh
Shen a hacer los trabajos más pesados y desagradables, aparte de darle poca comida.
Bueno, así dice el cuento que hemos adaptado de la traducción al inglés que -en 1989- hiciera Ai-Ling Louie, como ya dijéramos.
Y en este cuento nos llama la atención que el genio protector de Yeh Shen, la Cenicienta
china, sea un pez. Un pez que Yeh-Shen pescara para criarlo, con muchas dificultades para
darle de comer, pues a ella poca comida le daban...
Pero deja hasta ahí ese cuento, porque será mejor escucharlo.
Correcto. Pero déjame decirte que la madrastra pesca al pez y lo cocina. Pero las espinas de este mágico pescado, seguirán ayudando a la Cenicienta del Celeste Imperio.
Yeh - Shen (Ai Ling Louie - Cuento de China)
En el lejano pasado, aun antes de las dinastías Qin y Han, en las cavernas del sur de China, había un pueblo cuyo jefe se llamaba Wu. Como era costumbre en esos días, el jefe Wu había tomado como esposas a dos mujeres. Cada esposa había dado a Wu una pequeña hija. Pero una de las esposas enfermó y murió, y pocos días más tarde, el jefe Wu cayó a la cama y también murió. Yeh- Shen, la pequeña huérfana, pasó su niñez en la casa de su madrastra. Era una hermosa y encantadora niña, cuya piel era tan suave como el marfil y sus ojos eran como dos lagunas oscuras. Su madrastra estaba celosa de toda esta belleza y bondad, puesto que su propia hija no era nada de bella. Así, en su disgusto, le dio a Yeh-Shen las labores más pesadas y desagradables. El único amigo que tenía Yeh-Shen era un pez que había capturado para criarlo. Era un her¬moso pez con ojos dorados, y cada día salía del agua, y posaba su cabeza en la orilla de la fuente, esperando que Yeh- Shen lo alimentara. La madrastra de Yeh-Shen no le daba mucha comida, pero la huérfana siempre encontraba algo para compartir con su pez, el que fue creciendo hasta alcanzar dimensiones enormes. De alguna forma la madrastra se enteró de esto. Se enojó mucho al descubrir que Yeh-Shen guardaba un secreto. Bajó corriendo hasta la fuente, pero no pudo descubrir al pez, pues la mascota de Yeh-Shen, sabiamente, se había escondido. La madrastra, sin embargo, era una mujer hábil, y pronto ideó un plan. Caminó hasta la casa y gritó: - Yeh-Shen, ve y trae un poco de leña. Pero espera. Los vecinos te pueden ver. Deja tu asque¬ roso abrigo aquí. Cuando la niña se alejó de su vista, su madrastra se puso el abrigo y regresó a la fuente. En ese momento el gran pez vio el abrigo de Yeh-Shen que le era familiar, y se acercó a la orilla esperando ser alimentado. Pero la madrastra, que había escondido una daga en la manga, acuchilló al pez, lo envolvió en su ropa y se lo llevó a casa para cocinarlo en la noche. Cuando Yeh-Shen llegó a la fuente esa tarde encontró que su amigo había desaparecido. Abru¬mada por el dolor, la niña dejó caer sus lágrimas en las quietas aguas de la fuente. - Ay, pobre niña -dijo una voz. Yeh-Shen se levantó y encontró a un anciano que la observaba. Él tenía las vestimentas másraídas que uno pueda imaginar y su cabello caía sobre sus hombros. - Querido tío, ¿quién eres? -preguntó Yeh-Shen. - Eso no tiene importancia, hija mía. Todo lo que debes saber es que he sido enviado para contarte acerca de los maravillosos poderes que tiene tu pez. - Mi pez, pero, señor... -Los ojos de la niña se llenaron de lágrimas y no pudo continuar. El anciano suspiró y dijo: - Sí, mi niña, tu pez ya no vive, y debo decirte que tu madrastra es una vez más la razón de tu pena. Yeh-Shen se horrorizó, pero el viejo continuó: - No nos lamentemos de cosas pasadas -dijo-, porque te he traído un regalo. Ahora debes escuchar con atención esto: las espinas de tu pescado están llenas de un espíritu poderoso. Cuando estés en serios apuros, debes arrodillarte ante ellas y hacerles saber los deseos de tu corazón. Perono derroches sus dones. Yeh-Shen quería hacerle muchas otras preguntas al sabio, pero él se elevó al cielo antes de que ella pudiera pronunciar una palabra. Con el corazón muy acongojado, Yeh-Shen se encaminó hacia el montón de estiércol para reunir los restos de su amigo. El tiempo pasó y Yeh-Shen, que permanecía mucho sola, encontró consuelo al hablarle a las espinas de su pescado. Cuando estaba con hambre, lo que ocurría con frecuencia, Yeh-Shen le pedía comida a las espinas. De esta manera, Yeh-Shen se las arreglaba para vivir día a día, pero estaba temerosa de que su madrastra fuera a descubrir su secreto y le quitara, incluso, eso. Así transcurrió el tiempo y llegó la primavera. El festival se acercaba. Era la época más atareada del año. ¡Había tanto que cocinar, limpiar y coser! Yeh-Shen difícilmente tenía un rato de descanso. En el festival de primavera los jóvenes y las niñas de la aldea esperaban encontrarse y elegir con quién se iban a casar. Cómo ansiaba Yeh-Shen ir también. Pero su madrastra tenía otros planes. Ella esperaba encontrar un esposo para su propia hija y no quería que ningún otro hombre viera a la hermosísima Yeh-Shen primero. Cuando finalmente llegaron las fiestas, la madrastra y su hija se vistieron con los trajes más elegantes y llenaron sus canastos con dulces. - Debes quedarte en casa ahora, y velar por que nadie robe fruta de nuestros árboles -le dijo la madrastra a Yeh-Shen, partiendo, luego, al banquete con su propia hija. En cuanto estuvo sola, Yeh-Shen fue a hablar con las espinas de su pescado. - Ay, querido amigo -dijo, arrodillada ante las maravillosas espinas-. Deseo tanto ir al festival, pero no puedo mostrarme con estos andrajos. ¿Hay alguna parte donde yo pudiera conseguir ropa adecuada para ir a la fiesta? De inmediato se encontró vestida con un traje de azul intenso, con un manto de brillo metálico sobre sus hombros, hecho con plumas de martín pescador. Pero lo mejor de todo era que en sus pequeños pies calzaba las zapatillas más hermosas que jamás se hayan visto. Estaban hiladas con oro, siguiendo el diseño de las escamas de un pez, y las suelas brillantes estaban hechas de oro puro. Había magia en ese calzado porque debería haber sido bastante pesado; sin embargo, cuando Yeh-Shen caminaba, sus pies se sentían tan livianos como el aire. - Asegúrate de no perder uno de tus zapatos dorados -le dijo el espíritu de las espinas. Yeh- Shen prometió ser cuidadosa. Encantada con su transformación, se despidió calurosamente de las espinas de su pescado, a medida que se alejaba ligera para unirse al festejo. Ese día Yeh-Shen obligó a todos a darse vuelta cuando apareció en la fiesta. Toda la gente a su alrededor murmuraba: - ¡Miren esa hermosa muchacha! ¿Quién podrá ser? Pero por sobre el murmullo, se escuchó decir a la hermanastra: - Madre, ¿no te recuerda a nuestra Yeh-Shen? Al escuchar esto, Yeh-Shen se sobresaltó y huyó antes de que su hermanastra la pudiera observar más de cerca. Bajó por la montaña, y en esto perdió una de sus zapatillas de oro. No bien cayó el zapato, sus ropas se convirtieron nuevamente en harapos. Sólo una cosa quedó: la otra pequeña zapatilla dorada. Yeh-Shen corrió hasta las espinas de su pescado y le devolvió la zapatilla, prometiendo encontrar también la otra. Pero ahora las espinas permanecieron en silencio. Con pena, Yeh-Shen pudo comprobar que había perdido a su único amigo. Escondió la pequeña zapatilla en su viejo camastro y salió afuera a llorar. Apoyada en un árbol con frutas, sollozó y sollozó hasta que cayó dormida. La madrastra abandonó la celebración para ir a vigilar a Yeh-Shen, pero cuando regresó a casa, encontró a la niña profundamente dormida, con los brazos aferrados al árbol frutal. Entonces, sin pensar más, regresó a la fiesta. Mientras tanto, un aldeano había encontrado la zapatilla. Al reconocer su valor, la vendió a un mercader, quien la presentó, a su vez, al Rey de la isla de T'o Han. El Rey se puso más que contento al aceptar la zapatilla como un regalo. Estaba fascinado con el pequeño objeto, que estaba labrado con los metales más preciosos, y que no hacía ningún ruido cuando tocaba una piedra. Mientras más se admiraba de su belleza, más decidido estaba a encontrar a la mujer a quien le pertenecía el zapato. La búsqueda se inició entre las damas de su propio reino, pero todas las que se probaban la sandalia la encontraban terriblemente pequeña. Audazmente, el Rey ordenó que la búsqueda incluyera a las mujeres de las cuevas de los alrededores donde se había encontrado la sandalia. Como se dio cuenta de que iba a tomar muchos años el que cada mujer llegara hasta la isla que él gobernaba, y se probara la zapatilla, se le ocurrió una forma para hacer llegar a la mujer apropiada. Hizo colocar la sandalia en un pabellón a la orilla del camino, cerca de donde había sido encontrada, y el portavoz anunció que la iban a devolver a su verdadera dueña. Entonces, el Rey y sus hombres se escondieron en un lugar cercano, y esperaron para descubrir a la mujer de pies pequeños que iba a reclamar su sandalia. Todo ese día el pabellón estuvo repleto de mujeres provenientes de las cuevas, que habían venido a probarse el calzado. La madrastra de Yeh-Shen y su hermanastra se encontraban entre ellas, pero no así Yeh-Shen a quien habían dejado en casa. Al término del día, aunque muchas mujeres habían intentado fervientemente ponerse la zapatilla, nadie lo había conseguido. Fatigado, el Rey continuó su vigilia durante la noche. No fue sino hasta lo más oscuro de la noche, mientras la luna estaba escondida detrás de una nube, que Yeh-Shen se atrevió a mostrar su cara en el pabellón; incluso, cruzó tímidamente el piso en puntillas. Cayendo sobre sus rodillas, la niña con harapos examinó el pequeño zapato. Sólo cuando estuvo segura de que era el compañero que le faltaba a su zapatilla dorada, se atrevió a tomarlo. Por fin, podía devolver ambos zapatitos a las espinas del pescado. Seguramente su adorado espíritu le iba a hablar de nuevo. Al ver a Yeh-Shen cogiendo la zapatilla, el primer pensamiento del Rey fue tomarla prisionera como si fuera una ladrona. Pero cuando ella se dio vuelta para emprender el regreso, él recibió una visión fugaz de su rostro. Al instante, el Rey fue invadido por la dulce armonía de sus rasgos, que no concordaba, al parecer, con los harapos que vestía. La miró más de cerca y observó que ella caminaba sobre los pies más pequeños que había visto jamás. Con un gesto de su mano, el Rey indicó que esta andrajosa creatura estaba autorizada para llevarse la zapatilla dorada. Calmadamente, los hombres del Rey se escabulleron y la siguieron hasta su casa. Durante todo ese tiempo, Yeh-Shen no se había dado cuenta de todo el alboroto que había provocado. Había regresado a casa, y estaba por esconder las sandalias debajo de su camastro, cuando golpearon la puerta. Yeh-Shen fue a ver quién era, y se encontró con un Rey. Primero se asustó mucho, pero el monarca le habló de una manera amable y le pidió que se probara las zapatillas. La muchacha hizo lo que le pedía, y en cuanto se las calzó, sus andrajos se transformaron, una vez más, en el manto de plumas y el hermoso traje azul intenso. Su dulzura la hacía verse como una creatura celestial, el Rey supo de pronto en su corazón que había encontrado a su amor verdadero. No mucho después de esto, Yeh-Shen contrajo matrimonio con el Rey. Pero el destino no fue tan generoso con su madrastra y su hermanastra. Como habían sido poco amables con su amada, el Rey no iba a permitir que Yeh-Shen las trajera a palacio. Ellas permanecieron en su vivienda en la cueva, donde un día, así dicen, murieron destrozadas por una lluvia de piedras.
Si leemos distintas versiones de la Cenicienta, pues veremos que en distintas partes del mundo y en distintas épocas, el cuento nos descubre la realidad social en que la heroína existe.
Sí. En el cuento chino protege a Yen-Shen su pez-mascota; en la versión recopilada por los hermanos Grim, las aves silvestres y el arbolito que plantara junto a la tumba de su madre. Es como si la propia naturaleza estuviera en contra de las injusticias.
Pero, ya en los cuentos de Perrault aparece el hada madrina como protectora. Porque Perrault escribía para la aristocracia francesa. Por eso el hada madrina parece representar el poder de los aristócratas... Pero de eso hablaremos en otra ocasión.
Y así, los del Challanco deseamos a ustedes Buena Marea y mejor Viento
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Nota
El texto del cuento es tal como lo adaptó Ai-Ling Louie, pero el audio está levemente modificado en atención al tiempo.
martes, 15 de junio de 2010
Consitución de Bolivia
Como la selección de los tres primeros cuentos que dieron inicio a este blog se debió en parte, a la promulgación de la nueva constitución de Bolivia, creo que se hace necesario publicar dicho documento.
ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE BOLIVIA
NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO
domingo, 9 de mayo de 2010
El Tigre y las Hormigas
-Porque después que el líder de indígenas y mestizos fuera descuartizado en la plaza pública, la rebelión continúo por un largo tiempo,
- Y las fuerzas de aborígenes y mestizos llegaron a sitiar a la ciudad de La Paz, nada menos que por 109 días.
- La intervención de la Iglesia, dicen los historiadores, logró que el pueblo de esas tierras -aún no existía la República de Bolivia- depusiera la resistencia a las disposiciones imperiales de España.
- A nosotros nos parece que esta lucha no se quedo ahí. Seguirán largos períodos de golpes militares...inestabilidad social constante, en la que los de siempre y como dueños de tierras, empresas y capiteles, usaron a los de abajo para lograr su fines.
- Su único fin era controlar del Gobierno aprovechándose de las angustias de los de abajo...
- Tal es así, que apenas creada la República de Bolivia,..
- Llamada así en homenaje a Simón Bolívar...
- Aún que él al principio no estaba de acuerdo con que la Audiencia de Charcas se convirtiera en una República más, terminó por aceptar la creación y redactó para el gobierno de ese Estado una prolija constitución que hoy llamaríamos democrática. Al menos daba voz a las mayorías populares.
- Pero ¿ qué pasó ?
- Creado el Estado Boliviano independiente, apenas Bolívar regresó a la Gran Colombia que había organizado con Colombia, Venezuela y Ecuador como una confederación de países con un gobierno central, las tropas colombianas que estaban al mando de Sucre en Bolivia, se levantó en armas y así comenzó la serie
de golpes militares que -hasta hace poco- parecían ser la manera de gobernar a ese país.
- Sí, porque es larga la lista de golpes militares y asonadas... Muy larga. Siempre los de arriba tratan de imponer de cualquier modo su autoridad...
- Para sacar ventaja, claro, y abusar de su poder.
- Y eso ocultando sus intenciones bajo palabras de patriotismo. Fíjate que una de estas primeras dictaduras, bolivianas, la de el general Santa Cruz, organizó la Confederación peruanoboliviana que llevo a Chile a una guerra...
- Guerra que ganó con la batalla de Yungay. Pero los conflictos sociales siguieron en Bolivia. Y se sucedieron las dictaduras.
- Ahora, si te fijas en un mapa de América, Bolivia ocupa el centro del continente. Limita con Brasil, Chile, Argentina, Perú y Paraguay...
- País con el que ha tenido dos guerras,.. Por territorios chaqueños, digamos.
- Bueno, si. Pero a pesar de dictaduras, de la marginalidad del pueblo, del poder de los oligarcas, acuérdate que Ernesto Che -Guevara muere en territorio boliviano en un intento por liberar a al pueblo de la explotación a que estaba sometido.
- ¿ Estaba, dices?
- Sí. Digo que estaba, porque la constitución que acaba de promulgarse en Bolivia, da lugar para que la democracia comunitaria se ejerza, no sólo a nivel local, en el mundo rural y en las selvas, sino a nivel nacional.
- ¿ Cómo así ?
- Incorporando principios éticos y morales propios de los pueblos aborígenes, así como reconoce como idiomas oficiales de Bolivia las lenguas nativas y establece su uso obligatorio en el ámbito público.
- Me parece que todas esas medidas llevarán al pueblo boliviano a una manera de gobernar nueva... Sin dictaduras militares o civiles, que muchas veces no se ven uniformes en las dictaduras...
- Así me parece que es. Se uniforman de otra manera.
- Pero, bueno. El cuento que íbamos a contar... ¿ Por dónde se nos quedó ?
- Ciertito oye. Y se nos ocurrió contarlo porque muestra bien la visión que Oscar Alfaro tiene del tema de poder. Mucha gente dice que nada se puede hacer contra los abusos y atropellos porque el sistema lo domina
y maneja todo.
- Que el sistema socioeconómico sería un monstruo imbatible.
- Pero Alfaro nos cuenta de las hormigas y el tigre y el resultado de ese enfrentamiento.
Cuento El Tigre y las Hormigas (del pájaro de fuego y otros cuentos)
Una hormiga colorada caminaba por las zarpas de un tigre dormido, cuando éste despertó y...
-¿Cómo te atreves a caminar por las garras del animal más feroz de la tierra?
—Perdóname, lo hice sin darme cuenta.
-Eso es todavía mayor delito, no darte cuenta de que estás frente a un tigre, no temblar de terror ante su sola presencia.
—Es que no corro peligro frente a ti. Tú no me puedes devorar, en cambio yo...
-¿Qué ibas a decir?
-Que yo sí puedo devorarte.
-¡Qué insolencia sin nombre!... ¡Muere, insecto vil!...
Y el tigre lanzó una tremenda dentellada, pero sólo logró morderse la pata. Y la hormiguita quedó ilesa.
-Yo y mis hermanas podemos vencer a todos los tigres del mundo -habló de nuevo la hormiguita.
El tigre echó llamaradas por los ojos.
-¡Te mataré como a una pulga! -Unió sus poderosas zarpas, sin conseguir atrapar a su pequeña enemiga.
—Me voy, ya ves que no puedes hacerme nada —dijo entonces la hormiga-, y no olvides que mi desafío queda en pie. Las hormigas que constituimos la multitud podemos vencer a cualquier tirano sanguinario
Y se fue, levantando la cabeza altivamente.
El tigre sufrió un ataque de nervios de pura rabia.
-¡No dejaré hormiga en pie sobre la tierra! -bramó. Y se fue siguiendo los pasos de nuestra diminuta amiga, que muy dueña de sí misma caminaba hacia el hormiguero.
-Si dejo que una simple hormiga me falte el respeto, ¿ qué no harán los demás animales ? -seguía razonando el tigre, mientras los ojos se le llenaban de sangre.
La hormiguita, al parecer, ajena a la persecución de su feroz enemigo, seguía caminando sin dignarse volver la cabeza. Llegó al hormiguero, abrió la puerta, entró y la cerró con la mayor tranquilidad.
-¡Aplastaré el hormiguero de un solo zarpazo! -dijo entonces el tigre y ¡zas! el gran rascacielo de las hormigas se vino abajo ruidosamente.
-¡Terremoto!... ¡Terremoto!... -gritaban las pobrecillas, corriendo de un lado para otro, sin saber en qué sentido orientarse.
-Nada de terremotos. ¡Es el tigre que nos ataca! -dijo la hormiga que había lanzado el desafío-. Prepárense para defenderse.
El tigre, después de aplastar el primer hormiguero, saltó sobre el próximo y lo hizo polvo. Luego sobre el siguiente... Y así continuó hasta no dejar ni un solo hormiguero sobre la selva.
-¡He destruido todas sus ciudades fortificadas! ¡No quedará ni una hormiga viva para contar la historia! -dijo al fin, frotándose las zarpas con satisfacción.|
De repente sintió un fuerte escozor en la punta de la cola, después en una pata, luego en la otra y en la otra. Eran las hormigas que le trepaban por las cuatro patas, formando cuatro gruesas columnas.
El tigre trató de escapar, pero era imposible. Toda la selva estaba cubierta de hormigas.
-¡Defiéndete, ahora, tirano carnicero!... -le gritaron enfurecidas.
En menos de lo que se tarda para contarlo, el tigre se convirtió en un montón hirviente de hormigas y rodaba por el suelo, lanzando horribles rugidos de dolor.
Después de una hora de revolcarse en la tierra, el pobre tigre entró en agonía. Antes de que expirara, la hormiga que había lanzado el desafío se le paró sobre la nariz y le dijo:
-Comprende ahora que tu poder no es ilimitado. Y que la multitud enfurecida puede acabar con el monarca más poderoso de la tierra.
El infeliz oyó esto sin comprender una sílaba porque ya tenía los ojos nublados por la muerte. Y cuando el día clareó sobre la selva, sólo se vio el esqueleto blanco de un tigre, levantando las zarpas al cielo.
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El Hilo de Agua
Así volvemos a encontrarnos con Oscar Alfaro quién a juicio nuestro se lo merece,
como se lo merece la actual República de Bolivia, ¿Por qué? Porque La Constitución recién aprobada establece el derecho de los pueblos aborígenes a participar del Gobierno de la República. Y nos parece curioso que los medios que de información que circulan en este Chilecito no hayan divulgado esa noticia. Y esa determinación de la Asamblea Constituyente, ese reconocimiento constitucional a los pueblos aborígenes, nos parece un primer golpe al racismo operante en la mayoría de las sociedades de nuestro continente.
Además, nos parece, que ese reconocimiento a los pueblos aborígenes y su derecho a participar del Gobierno de la nación en cuyo territorio trabajan, crean y sufren se irá extendiendo por toda la América Morena.
De allí que sea bueno dar a conocer la Literatura boliviana, casi tan desconocida entre nosotros como la nueva Constitución de esa República, especialmente cuando los escritores de ese país nos cuentan de los símbolos y los valores que dan forma a la cultura aborigen, y lo hacen libremente y sin acondicionarla a los intereses de los extranjeros. Esa actitud de respeto y reconocimiento, -digamos por el indio o por lo indio- a las expresiones y los valores de los pueblos aborígenes aún no se generaliza en las repúblicas de nuestra América. Pero la Cultura de aimaraes, quechuas, guaraníes y otros núcleos humanos de menor población sigue vigente en diferentes lugares de lo que fuera el Imperio Incásico o Tahuantinsuyo, pues todos mantienen el entramado social que les permite conservar los fundamentos de sus culturas.
También se sabe poco de la historia de Bolivia. Durante la Colonia, funcionó en Chuquisaca esa suerte de Corte de Justicia, llamada Real Audiencia de Charcas, institución imperial encargada de hacer Justicia entre los colonizadores de esa región. El actual territorio boliviano estaba dividido entre los Virreinatos del Perú y de la Argentina. Es bajo la administración virreinal, en 1780, que el cacique de Tungasuca, José Gabriel Condorcanqui -a quién la Corona Española había otorgado el título de Marqués de Oropesa- dirige la sublevación de indios y mestizos de esa región. Ocupa la ciudad de Tinta y, luego de derrotar varias veces a las milicias imperiales, intenta ocupar la ciudad del Cuzco, -el Ombligo del Mundo en quechua- pero sus quince mil hombres son derrotados por las tropas imperiales y Tupac Amarú como pasará a la Historia José Condorcanqui fue hecho prisionero.
Historiadores españoles contemporáneos registran hechos históricos. Como causas para la sublevación de los pueblos de esas tierras.» Manuel Rodríguez Lapuente escribe:
En muchos lugares hubo por esta época levantamientos de indios como protesta
contra los abusos de las autoridades, y principalmente de los corregidores, contra el
cobro de los tributos, contra los trabajos forzados y en general por los malos tratos de que eran víctimas."
Y agrega: " En Mayo de 1781 fue ejecutado -Tupac Amaru- usando para ello de una crueldad que coloca a las autoridades al nivel de las turbas salvajes del ajusticiado." Pero no cuenta que a Condorcanqui se le descuartizó. Tendido en la plaza de armas de La Paz, sus extremidades fueron atadas a cuatro caballos que, a una orden, partieron arrancándole las extremidades.
Pero "El hilo de Agua" no nos habla de éstas atrocidades; no. Nos muestra otros caminos para hacer justicia.
"El hilo de agua" (del pájaro de fuego y otros cuentos)
Era un hilo de agua que saltó de la roca y comenzó a corretear cuesta abajo. Un pájaro bajó a bebérselo y él dijo:
-No me tomes todavía, que soy muy pequeño y me consumirás todo.
-¿Pero qué más quieres? Así te llevaré volando por el aire, mientras que, arrastrándote como gusanillo, nunca llegarás a ninguna parte.
-Llegaré. Ahora mismo estoy en camino hacia el mar.
-¡Pero qué optimismo! No comprendes que el mar está a miles de kilómetros de aquí, que hay que atravesar montañas, desiertos, en fin, casi toda la tierra?
-No importa, ya llegaré.
El pájaro no quiso escuchar más y echó a volar.
El hilo de agua siguió arrastrándose centímetro a centímetro. En todo el día sólo logró avanzar unos metros y luego la tierra se lo chupó.
Sin embargo, él siguió tironeando hacia arriba para salir a la superficie. Tuvo que humedecer el camino, que era el tributo pagado a la tierra, para que lo dejara seguir adelante.
Así fue hilvanando el camino con reflejos plateados. Una puntada aquí y otra más allá. Tenía que aprovechar las noches para caminar con mayor soltura.
Ya pasaba un mes que andaba por el camino, ya había crecido bastante, aunque estaba tan delgado por el esfuerzo, que en algunas partes se cortaba. Un día encontró en el campo a otro hilo de agua, que se detuvo a preguntarle:
-¿A dónde vas tan apurado?
-Voy al mar.
-¿Cómo te atreves a pensarlo siquiera? Si eres tan pequeño...
-Llegaré.
Iba a seguir adelante, cuando se detuvo y le dijo:
-¿Por qué no me acompañas tú? Unidos seremos más fuertes y llegaremos más pronto.
El nuevo hilito, después de unas cuantas vacilaciones, se unió. Y los dos continuaron el camino. De pronto, retrocedieron, espantados, al borde de un precipicio.
—¡Cuidado, que nos desbarrancamos!...
—¡Adelante, que no hay otro camino!
-¡Entonces no voy contigo...!
-Ya es tarde..., ¡salta!
En efecto, ya era tarde. Y los dos hilos de agua, abrazados y temblando de susto, cayeron barranca abajo, hasta tocar el fondo. Allá se quedaron toda la tarde, tratando de encontrar una salida. Por fin la hallaron y se lanzaron al campo abierto.
Caminaron un día más y de pronto vieron un nuevo hilo que se adelantaba tímidamente hacia ellos.
—¿Adonde es el viaje? -le dijeron.
-Vengo de la hacienda, perseguido por las ovejas, que me beben y no me dejan seguir adelante.
-Te hemos preguntado adonde te diriges.
-A cualquier parte, pero quiero viajar...
—Pues no lo pienses dos veces y vente con nosotros.
Ahora eran tres y formaban una pequeña corriente. Más allá encontraron una ciénaga negra.
-¿Qué haces aquí, perezosa?
—Me eché a descansar hace algunos años y no tengo deseos de ir a ninguna parte.
—Mira que por falta de actividad te estás quedando paralítica.
-Y te estás pudriendo en vida. Ven con nosotros, que la vida no es estancamiento sino lucha y actividad.
Después de mucho esfuerzo, por fin movieron agua estancada, que se puso en camino lentamente.
-¡Pero qué sucia estás y qué maloliente...! -le dijeron al poco de andar.
-Eso es por haber estado tanto tiempo ociosa.
Pero a medida que caminaban, el agua estancada se iba poniendo más ligera y pura, pues dejaba todas las suciedades en el camino.
-Ahora veo que el trabajo purifica el espíritu -admitió ella.
Al otro día hallaron a todo un arroyo, que se dedicaba a saltar por entre las peñas.
-Si convencemos a éste de que nos acompañe, seremos invencibles.
Y el arroyo juguetón no se hizo de rogar para unirse a los viajeros. Y después del arroyo vino un pequeño río. Luego otro más grande y otro más. Ahora formaban una corriente colosal que pasaba rugiendo por los campos. De pronto todos los viajeros lanzaron un grito:
-¡¡El mar!!...
Y era el mar soberbio y majestuoso.
—¡Éste es el triunfo soñado! —dijo el hilito inicial—. ¿Dónde estará ahora el pájaro que se burló, cuando aprendía a caminar?
-Estoy aquí y confieso mi error -dijo el ave, apareciendo en el cielo-. Pero tienes que reconocer que, sin unirte a los otros, jamás hubieras llegado,
-Claro que no. Sólo la unión hace las grandes cosas. Esto lo saben los hombres más que yo -dijo el hilo de agua y se lanzó al mar.
¿No les parece que la unión con objetivos claros,de los hilos de agua puede lograr que cambie el mundo.?
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